ESPAÑA

domingo, 19 de febrero de 2017

"Soul of Things" 2015


Soul of Things

Galería Fúcares
2015

Javier Parrilla (Sevilla 1975) presenta a partir del 18 de Abril en la galería Fúcares de Almagro sus últimos trabajos, bajo el título "Soul of Things". Una serie de pinturas en las que dialoga con el medio, en un ejercicio reflexivo de búsqueda. Una búsqueda de ese poder o alma de las cosas, en referencia al disco de Tomasz Stanko, que sirve de título y declaración de intenciones. Un estado de ánimo en el que no hay lugar a la certeza, sino a la sospecha o a la trampa.
Perteneciente a la nueva generación de pintores sevillanos, su producción se centra en la pintura, proponiendo el trabajo del pintor como una suerte de juego consciente, no exento de azar ni de razón, que estudia los límites entre lo natural y lo construido. Lo que alguna vez fue real y la selección que hace la memoria. Decía Einstein que El juego es la forma más elevada de la investigación y desde esa creencia el cuadro es entendido como un escenario lúdico, que absorbe todo lo que llega, que es permeable a sus intereses y atenciones, anteponiendo la libertad a las limitaciones de estilo o discurso.
Sus obras suceden en un tiempo indeterminado, difícil de concretar y persiguen ser una visión reveladora. Esta circunstancia invade su proceso en un constante ejercicio de selección. Situándose en esa línea imprecisa que es la frontera del escenario, el momento y la velocidad en que tienen que suceder las cosas, organizando caprichosamente cada ambiente, siendo cada cuadro imprevisible, el método o el proyecto es el propio ejercicio de la pintura.
En su trabajo no hay referencias claras a temas o conceptos concretos, son escenas o fragmentos en las que conviven diferentes códigos, desde elementos paisajísticos, a otros más simbólicos: textos, estructuras geométricas y continuas referencias a cuadros dentro del cuadro, siempre sin ninguna pretensión didáctica o narrativa, ya que la pintura es entendida como lenguaje autónomo. La iconografía que aparece está al servicio de la idea del cuadro e incide en la retórica de la propia pintura. Muros, marcos, rectángulos, triángulos o celosías se manifiestan como emblemas de los límites de la superficie pictórica o de la mirada, desde una ciega confianza en la pintura como método de conocimiento.
Su intento de comprender el mundo está más cerca de tocar una piedra, mirar un paisaje o subir una montaña, que de cualquier otra táctica, en una búsqueda constante del descubrimiento. No hay un discurso conceptual unitario, si una búsqueda de la ambigüedad y del eclecticismo, donde se vuelcan todas sus obsesiones iconográficas, referencias culturales y elementos pintorescos personales, que por lo general parten de problemas que el artista intenta resolver, buscando códigos que intuye en un ejercicio de análisis de la tradición, no solamente a nivel histórico sino de sus maneras y accidentes.

La estrategia de hacer presente lo escondido, desde la teatralidad barroca o el dirigir la mirada con el uso de esquemas compositivos, construyen su lenguaje personal, un espacio propio donde tienen lugar las cosas y que pretende que la fantasía cierre el circulo.







Paisaje 2014
óleo/papel
140 x 100 cm







Patio trasero 2014
óleo/papel
100 x 79 cm





 Escena campestre 2014
óleo/papel
100 x 79 cm







La ofrenda
óleo/papel
100 x 79 cm









Tríptico (calvario-muro-máscara)
óleo/papel
3piezas 76 x 56 cm






La fiesta
óleo/papel
Díptico
76 x 56 cm y 32 x 56 cm





Cartel
óleo/papel
100 x 79 cm








El amuleto
óleo/papel
100 x 79 cm






Aparición
óleo/papel
75 x 56 cm


Vals
óleo/papel
75 x 56 cm


Jardín
óleo/papel
75 x 56 cm




Fin de fiesta
óleo/papel
100 x 79 cm









S/T
óleo/papel
100 x 79 cm





S/T
óleo/papel
100 x 79 cm




Bodegón
óleo/papel
100 x 79 cm




La táctica
óleo/papel
100 x 79 cm





La pregunta
óleo/papel
100 x 79 cm





La invitación
óleo/papel
140 x 100 cm